martes, 19 de enero de 2010

sábado, 16 de enero de 2010

El Maltrato Sicológico Hacia Las Mujeres

De: Jacqueline Lagos

El maltrato psicológico se basa en comportamientos intencionados, ejecutados desde una posición de poder y encaminados a desvalorizar, producir daño psíquico, destruir la autoestima y reducir la confianza personal. Su padecimiento lleva a la despersonalización, al mismo tiempo que genera dependencia de la persona que los inflige. El maltratador se vale para ello de insultos, acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, indiferencias y desprecios.

En la esfera de lo privado, aunque los hombres también lo sufren, las mujeres son las víctimas mayoritarias. Se produce asimismo en la relación de los padres con los hijos, en la que se ha detectado un incremento del maltrato de los hijos sobre sus progenitores, consecuencia de una educación cada vez más permisiva y del uso de la violencia en los conflictos del mundo de los adultos. En el ámbito público, el maltrato psicológico está presente en el mundo laboral, el conocido como "mobbing", y en el escolar, el llamado "bullying".

La mujer, principal víctima

Los malos tratos psicológicos son un fenómeno viejo. Lo que resulta novedoso es su denuncia como problema social. Los sufren mujeres de todas las edades, grupos sociales y económicos, culturas y países. Su gran incidencia, la gravedad de las secuelas, el alto coste social y económico, y en especial la degradación que produce la violación del derecho de las personas a ser tratadas como tales y al respeto que merece toda existencia humana los convierten en una cuestión de gran relevancia pública.

No son tan visibles ni manifiestos como los físicos. De hecho, en muchas ocasiones la propia víctima no es consciente de ellos hasta que sufre una agresión corporal, pero sus consecuencias pueden ser más graves y duraderas en el tiempo.

En ocasiones, la propìa víctima no es consciente de estos maltratos hasta que es agredida físicamente

Las agresiones continuadas, tanto verbales como no verbales (el silencio, la indeferencia, los gestos...), crean una relación siniestra de dependencia entre el maltratador y la víctima. Ambos terminan necesitándose. La víctima porque sola siente que no es nadie y el miedo y la angustia la paralizan, y el maltratador porque se siente que es alguien a través de la dominación que ejerce. La situación de dependencia es tal que la víctima termina protegiendo y disculpando al maltratador. Recorre hasta ahí un proceso destructivo en el que va perdiendo la confianza en sí misma y la capacidad de respuesta, se va anulando y va interiorizando que de allí no se sale y abandona toda esperanza.

Poder asimétrico

En la raíz de la violencia contra las mujeres se evidencia la asimetría de poder que ha propiciado el sistema patriarcal y machista imperante, y que ha llevado a un abuso con la persona más desfavorecida en este esquema, la mujer. Por ello, los expertos inciden en no presentar el problema como si fuera "de las mujeres", ya que si bien son ellas quienes los sufren, se trata de una dificultad de la que los varones han de ser conscientes y deben trabajar por superarla.

El psicoterapeuta Luis Bonino, especialista desde hace más de tres lustros en masculinidad y relaciones de género, ha elaborado una clasificación que identifica conductas para intentar conseguir la dominación:

intimidación.

Toma repentina del mando: tomar decisiones sin consultar, monopolizar.

La apelación al argumento de la lógica y la "razón" para imponer ideas o elecciones.

La insistencia abusiva, a fin de obtener por agotamiento lo que desea a cambio de un poco de "paz".

El control del dinero.

El uso expansivo del espacio físico.

La maternalización de la mujer, es decir, la creación de condiciones para que ésta dé prioridad al cuidado de las otras personas.

La manipulación emocional, que genera en la mujer dudas sobre sí misma y propicia sentimientos negativos y de dependencia.

Las descalificaciones que conllevan la indefensión.

La desautorización y desvalorización que generan sentimientos de inferioridad.

El paternalismo desde el que se trata a la mujer como si fuera una niña.

La falta de intimidad.

El distanciamiento. Las mentiras, el incumplimiento de promesas...

La autoindulgencia con la que elude el maltratador su propia responsabilidad.

El intento de generar lástima a través de comportamientos autolesivos o amenazas de suicidio.

Retrato de una mujer objeto de maltratos psicológicos

Síntomas y manifestaciones

Dolores de espalda y articulaciones.

Irritabilidad.

Cefaleas.

Insomnio.

Fatiga permanente.

Tristeza, ánimo deprimido y ganas de llorar sin motivo aparente.

Ansiedad y angustia.

Inapetencia sexual.

Actitud

Sensación de vergüenza.

Sentimiento de culpa.

Temor generalizado.

Mantenimiento de una mirada huidiza.

Dejadez social y escasez comunicativa: explicaciones vagas y confusas.

Señales de alerta de conductas que evidencian o derivan hacia el maltrato psicológico

(Según el psiquiatra Murphy y O'Leary)

Ignora los sentimientos de la pareja.

Ridiculiza o insulta a las mujeres como grupo.

Ridiculiza o insulta la mayoría de los valores, creencias, religión, raza, herencia o clase de la pareja.

Utiliza su visto bueno, aprecio o afecto como castigo.

Continuamente le critica, le insulta o le grita.

Le humilla en privado y/o en público.

Rechaza mantener relaciones sociales en su compañía.

Controla el dinero y todas las decisiones.

Rechaza compartir el dinero o que usted trabaje.

No permite su acceso al dinero o a las llaves del coche u otros bienes.

Con frecuencia le amenaza con abandonarla o dice que se va.

Le amenaza con hacerle daño a usted o a su familia.

Castiga o maltrata a los niños cuando está enfadado con usted.

Amenaza con secuestrar o llevarse a los niños si usted lo abandona.

Abusa, tortura, mata a los animales domésticos para hacerle daño.

Le acosa con asuntos que él imagina que usted está haciendo.

Le manipula con mentiras y contradicciones.

Destruye los muebles, hace destrozos en las paredes o rompe útiles domésticos durante las discusiones con usted.

Maneja armas de forma amenazante.

fuente: http://revista.consumer.es/web/es/20050201/interiormente/

Imagen: Rafael Cutó - Argentina

Acerca del autor:
Jacqueline Lagos nació el 4 de abril 1965, en Osorno, Región de Los Lagos. Su ciudad la ha visto crecer y descubrirse a sí misma como un miembro activo de la comunidad. Desde niña expresó sus pensamientos en el papel, no obstante hace algún tiempo ha dado cuenta pública que esa es realmente su verdadera vocación. Alumna del Liceo Comercial de esa ciudad, egresó con el título de Publicista con mención en marketing. Coordinadora Provincial del Proyecto LibrolibreChile, Osorno; Columnista del Diario Digital ColumnaSur. Hoy cuenta con dos publicaciones, Mis Primeros Años... (2003) y la novela Una Bruja emplumada en el Tzolkin (2005).

Fuente: Artículos Gratuitos Online de Articuloz.com - http://www.articuloz.com/otro-articulos/el-maltrato-sicologico-hacia-las-mujeres-958045.html



Violencia de género
Concha García Hernández

Psicóloga, Master en Ansiedad y Estrés

Introducción.
Definición.
En ocasiones, las distintas denominaciones de los malos tratos lleva a confusión: Violencia de Género, Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres, masculina o sexista…

La violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia.

La violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc.

Algunas definiciones:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada (“Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas, 1994).

Susana Velázquez (2003) amplía la definición de violencia de género: Abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física.

Tipos de violencia.
· Física. La violencia física es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente con la violencia psicológica.

· Psicológica. La violencia psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer, desvalorizando su trabajo, sus opiniones... Implica una manipulación en la que incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.

· Dentro de esta categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y manipulaciones para lograr sus fines.

· Se trataría de la violencia “económica”, en la que el agresor hace lo posible por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto por impedirla trabajar de forma remunerada, como por obligarla a entregarle sus ingresos, haciendo él uso exclusivo de los mismos (llegando en muchos casos a dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a esta a solicitar ayuda económica a familiares o servicios sociales).

· También es habitual la violencia “social”, en la que el agresor limita los contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su entorno y limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.

· Sexual. “Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción, intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque podría incluirse dentro del término de violencia física, se distingue de aquella en que el objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta no hace mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de agresiones como tales, si se producían dentro del matrimonio.

viernes, 15 de enero de 2010

NO AL MALTRATO A LA MUJER



MITOS DE LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES.
Habitualmente se justifica y se trata de dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a:

•Características personales del agresor (trastorno mental, adicciones), ·
•Características de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca, es manipuladora…”),
•Circunstancias externas (estrés laboral, problemas económicos),
•Los celos (“crimen pasional”),
•La incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, etc.
•Además existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a salvo”.
Aquellos hombres que son alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen, en su gran mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su casero. El estrés laboral o de cualquier tipo afecta realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con su pareja.

En el fondo, estas justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor, además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para prevenir y luchar contra este problema.

CICLO DE LA VIOLENCIA FÍSICA.
Lenore Walker definió el Ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres, y actualmente es el modelo más utilizado por las/los profesionales.

El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la Tensión, en la que la víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.

La segunda fase supone el Estallido de la Tensión, en la que la violencia finalmente explota, dando lugar a la agresión.

En la tercera fase, denominada de “Luna de Miel” o Arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a desaparecer. Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma.

Este ciclo pretende explicar la situación en la que se da violencia física, ya que la violencia psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.

JAMÁS LO PERMITAS


CONSECUENCIAS PSICÓLOGICAS PARA LA MUJER MALTRATADA.
El síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton se define como una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los demás y al mundo. También pueden desarrollar los síntomas del trastorno de estrés postraumático, sentimientos depresivos, de rabia, baja autoestima, culpa y rencor; y suelen presentar problemas somáticos, disfunciones sexuales, conductas adictivas y dificultades en sus relaciones personales.

Enrique Echeburúa y Paz del Corral equiparan estos efectos al trastorno de estrés postraumático, cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de estas mujeres: re-experimentación del suceso traumático, evitación de situaciones asociadas al maltrato y aumento de la activación. Estas mujeres tienen dificultades para dormir con pesadillas en las que reviven lo pasado, están continuamente alerta, hipervigilantes, irritables y con problemas de concentración.

Además, el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones psicosomáticas, y pueden aparecer problemas depresivos importantes.

Desarrollo del síndrome de la mujer maltratada
Marie-France Hirigoyen diferencia entre dos fases en las consecuencias, las que se producen en la fase de dominio y a largo plazo.

En la primera fase, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a su propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a negar la realidad. Se encuentran agotadas por la falta de sentido que el agresor impone en su vida, sin poder comprender lo que sucede, solas y aisladas de su entorno familiar y social y en constante tensión ante cualquier respuesta agresiva de su pareja.

Marie-France Hirigoyen habla de consecuencias a largo plazo refiriéndose a las etapas por las que pasan las víctimas a partir del momento en que se dan cuenta del tipo de relación en la que están inmersas. Durante esta fase, las mujeres pasan un choque inicial en el que se sienten heridas, estafadas y avergonzadas, además de encontrarse apáticas, cansadas y sin interés por nada.

TRATAMIENTO
En muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que la mujer pase por un período de reflexión y quizá varios intentos de salir de esa relación violenta, con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión definitiva. A partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos, valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada paciente.

Deberemos evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la situación vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el tratamiento.

Algunas de las intervenciones más habituales y básicas para su recuperación serían:

•Información sobre la violencia de género, causas y origen, mitos, etc.
•Reducción de la activación y la ansiedad en las formas en que se manifieste (insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc).
•Fomento de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, a través de un cambio de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a nivel social, económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos sociales y familiares,…

jueves, 14 de enero de 2010


PREVENCIÓN
El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a niños y niñas.

Además, tu puedes prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta:

· En primer lugar, detectar manipulaciones, aproximaciones no solicitadas, desconfiar de promesas que no tienen sentido en un momento de la relación, tener claro que decir que “no” a algo no es negociable, alejarse cuando esa persona que se te acerca tratando de hacerte ver que tenéis mucho en común o que le debes algo. Para todo esto es muy importante confiar en tu intuición, en las sensaciones de desasosiego que te producen. Cuando conoces a alguien le evalúas igualmente, valoras si esa persona encaja contigo; solo es importante que a partir de ahora incluyas también estos puntos si quieres prevenir encontrarte en una relación violenta. Valora sus ideas sexistas, cómo fueron sus relaciones anteriores (si rompió él o no, cómo habla de ellas…), etc.

· Además, valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel de la mujer en la misma, a qué se debe renunciar por amor.., etc.

· Y ante todo, conociéndote a ti misma y teniendo claros tus valores. Si los valores de la otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y no aceptar en ningún caso renunciar a aquello que es importante para ti.

miércoles, 13 de enero de 2010

ENCIENDE UNA VELA



UNA SOLA LLAMA BASTA PARA QUE TERMINE LA OSCURIDAD

lunes, 11 de enero de 2010

En 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas tomó el acuerdo de declarar la jornada del 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

El acuerdo fue promovido por la representación de la República Dominicana como homenaje y recuerdo a las hermanas Mirabal, (Minerva, Patria y María Teresa) luchadoras sociales de la República Dominicana que, ese día de 1960, fueron asesinadas por la policía secreta del dictador Trujillo después de haberlas torturado cruelmente.

Dentro de unos días conmemoraremos también el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y, en ese contexto, el día de hoy ha de servir para poner de manifiesto, una vez más, que la violencia contra las mujeres constituye una violación de los derechos humanos que ninguna sociedad puede asumir ni tolerar, pues ello supondría negar a las mujeres de forma colectiva su estatus como personas. Una sociedad que vulnere los derechos humanos de las mujeres no puede considerarse democrática.

La estrategia para la defensa de los derechos humanos de las mujeres, para ser eficaz, ha de partir de que los actos de violencia contra ellas vulneran su dignidad como seres humanos, entrañando además discriminación que conculca su derecho a la igualdad. Habrá de partirse además de que su profunda raíz se encuentra en el estatus de subordinación que históricamente se ha asignado a las mujeres respecto a los hombres, y que la dificultad de su eliminación se complica por las múltiples formas que presenta: coacciones, amenazas, lesiones, vejaciones, mutilaciones genitales, abusos sexuales, violaciones, acoso sexual, tráfico de mujeres, prostitución forzada, prohibición de ejercer actividades permitidas a los hombres, y cualquier otra limitación arbitraria de su derecho a la libertad; y asimismo de los distintos ámbitos en los que se puede producir: en el familiar, en el de las relaciones sociales o en el de las laborales, sin olvidar que en muchos casos la violencia contra las mujeres es ejercida o tolerada por el propio Estado.

Además ha de tenerse en cuenta que en muchas mujeres concurren factores que contribuyen a aumentar su subordinación y vulnerabilidad a la violencia, ya que a su condición de mujer se suman otras causas de discriminación derivadas de pertenecer a una raza o religión, o de vivir en condiciones de pobreza o de carecer de estatus de ciudadanía, situación de las mujeres inmigrantes. Se ha calculado que una de cada tres mujeres sufrirá alguna forma de violencia de género durante sus vidas.

La batalla por la erradicación de la violencia contra las mujeres exige necesariamente la implicación y el convencimiento de los estados y de la sociedad en general, debiendo mantenerse el pulso sin triunfalismos, adoptando medidas de prevención y protección a corto, medio y largo plazo, a las que habrá de dotarse de los medios necesarios para garantizar su eficacia.

En nuestro país, tras la promulgación de la Ley Integral, el principal reto pendiente es el de arbitrar los medios necesarios que permitan poner en práctica las medidas previstas en la norma, debiendo ponerse especial acento en la prevención y protección de las mujeres inmigrantes, pues en muchas de ellas concurren diversos factores que contribuyen a aumentar su subordinación y su vulnerabilidad a la violencia.

BASTA YA




Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: 25 de noviembre

La violencia hacia la mujer desde 1999 se ha focalizado como un punto de alerta social, cultural, pero, sobre todo, de índole humana. La violencia en todos sus aspectos es un acto que atenta en contra de la dignidad de la persona; se trata de una violación hacia los derechos humanos y un grave atentado hacia la vida

La mujer, a lo largo de la historia, ha sufrido diferentes tipos de violencia, desde los golpes físicos hasta llegar a golpear su propio espíritu. Es por ello que desde hace ocho años la Organización de las Naciones Unidas, en conjunto con más de 60 países de todo el mundo, ha instituido el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Una epidemia

La violencia hacia el género femenino se parece demasiado a una epidemia que genera la mortandad constantemente, y no sólo sucede en países que se encuentran en vías de desarrollo, sino en todo el mundo. Las cifras alertan a la humanidad sobre las consecuencias de lo que es y ha sido la violencia hacia la mujer. En un informe del Banco Mundial se estimaba que la violencia contra la mujer era una causa de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad de procrear tan seria como el cáncer y una causa de mala salud más frecuente que los accidentes de tráfico y la malaria juntos.

Para las diversas formas de sociedad, atentar contra la encargada de llevar en el vientre la vida es uno de los delitos que más costos ha originado durante la historia; los problemas de la violencia femenina denotan una constante ignorancia hacia el respeto de la persona humana. Y el asunto no sólo recae en el sexo opuesto sino en la sociedad en general; la violencia que la mujer afronta no se trata de una simple cuestión de género, sino de un asunto públicamente cultural y social.

Leyes defensoras

Es significativo que las leyes jurídicas amparen a la mujer, es importante que se realicen campañas que denuncien el maltrato, pero es necesario y urgente hacer conciencia de lo que se está viviendo, día a día, en todos los espacios, tanto el público como el privado, incluyendo el doméstico donde se coacciona atrozmente a la mujer.

El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNICEM) ha indicado que más de 45 países tienen ya una legislación específica sobre la violencia doméstica, y un creciente número de países ha instituido planes nacionales de acción para acabar con la violencia contra la mujer. Sin embargo, la falta de los recursos adecuados para aplicar estas políticas sigue impidiendo el progreso.

Con leyes establecidas o sin ellas, la mujer continúa siendo maltratada. ¿Qué requiere el ser humano para poner un alto a la violencia? No sólo un día internacional va a frenar la ola de violencia, sino es el propio hombre quien debe detener tal acción, a fin de amar la vida y respetar la dignidad humana

jueves, 7 de enero de 2010